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La Riviera Maya, uno de los destinos turísticos más populares de México, se preparó exhaustivamente para enfrentar la llegada del huracán Beryl, que inicialmente se pronosticó como una tormenta de categoría 4. Sin embargo, al final, el impacto fue menor de lo esperado, demostrando la efectividad de las medidas preventivas implementadas en la región.

Preparativos y Medidas Tomadas

Ante la inminente llegada de Beryl, las autoridades de Quintana Roo activaron protocolos de emergencia y establecieron una serie de medidas preventivas para garantizar la seguridad de residentes y turistas. Se habilitaron 58 refugios temporales, donde más de 2,000 personas encontraron resguardo. Además, se implementó la ley seca y se cerraron temporalmente las agencias consulares de Estados Unidos en Cancún y Playa del Carmen para minimizar riesgos.

Las carreteras y aeropuertos, incluyendo los de Tulum, Cancún y Chetumal, no sufrieron daños significativos, permitiendo una rápida reanudación de las actividades normales una vez pasada la tormenta.

Impacto del Huracán

El huracán Beryl tocó tierra en la madrugada del 5 de julio como una tormenta de categoría 2, con vientos sostenidos de hasta 175 km/h y ráfagas que alcanzaron los 220 km/h. A medida que avanzó sobre la península de Yucatán, se degradó a categoría 1 y finalmente a tormenta tropical. Las autoridades informaron que no hubo víctimas mortales ni heridos graves, aunque se registraron algunos daños menores, como la caída de árboles y postes de luz, y fallas en el suministro eléctrico en algunas áreas.

Respuesta y Recuperación

Gracias a la preparación anticipada y la coordinación entre las autoridades locales y nacionales, Quintana Roo pudo pasar rápidamente de la alerta roja a la amarilla. La gobernadora Mara Lezama destacó la importancia de mantener la calma y seguir las indicaciones oficiales para asegurar la integridad de todos los habitantes y visitantes.

Los esfuerzos de limpieza y reparación comenzaron inmediatamente, con cuadrillas trabajando para remover escombros y restaurar servicios esenciales. Este eficiente manejo de la crisis permitió que la región volviera a la normalidad en un tiempo récord, asegurando que la actividad turística se reactivara sin mayores contratiempos.

El paso del huracán Beryl por la Riviera Maya puso a prueba la capacidad de respuesta de la región ante desastres naturales. La implementación de medidas preventivas efectivas y la rápida recuperación subrayan la resiliencia y preparación de esta zona turística. La Riviera Maya continúa demostrando que está bien equipada para manejar contingencias y proteger a sus residentes y visitantes, asegurando que este paraíso turístico siga siendo un destino seguro y atractivo para todos.

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